La receta que he empleado ha sido la siguiente:
400 ml de leche
3 yemas
80 g de azúcar
70 g de maizena (almidón)
Pelladura de limón
1 manzana
Pan rallado para rebozar
- Calentar a fuego medio o lento la leche junto con 30 gramos de azúcar y la peladura de limón (así se macerará mejor). Cuando comience a hervir, se apaga el fuego y se retira la peladura de de limón.
- Cortar la manzana en tacos pequeños y dejar en un lugar accesible cerca del fuego.
-Cascar los huevos y separar las yemas de la clara. Reservar esta última, pues la usaremos para el rebozado.
- En un bol, mezclar las yemas, el resto del azúcar y la maizena tamizada.
- Verter la leche progresivamente en dicho bol mientras removemos sin parar con una batidora de varillas. Devolver a la cazuela, a ser posible mediante un colador por si algo de la yema se hubiera coagulado o quedase algún trozo de piel de limón.
- Calentar a fuego medio-lento sin dejar de remover. Cuando haya alcanzado temperatura, se añaden los taquitos de manzana y se continúa removiendo hasta que quede una masa bastante espesa. Dejar enfriar.
- Ir sacando en trozos la masa para darle forma, igual que haríamos con las croquetas. Rebozar en pan rallado, huevo (la clara sobrante, en realidad) y de nuevo sobre el pan rallado. Repetir este proceso hasta que terminemos con toda la masa.
- Una vez que el aceite para freír haya alcanzado una alta temperatura, freímos las croquetas, dorándolas al gusto.
OBSERVACIONES
- Yo hice la masa de un día para otro, por lo que al día siguiente estaba fría y rígida y me costó más darle forma. Conviene que esté ligeramente caliente.
- Por muy pesado que parezca, conviene lavarse las manos una vez acabada cada croqueta para eliminar el pan rallado y la masa que se nos peque, pues si no es posible que cueste darle forma al pegarse a las manos con más facilidad.
- El sabor que quedó fue como el de la tarta de manzana. Quizás también podría irle bien las pepitas de chocolate, las pasas o nueces o almendras molidas.
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